Sega Saturn

El artículo de hoy está dedicado a una de esas incomprendidas, como los Dalkys de fresa, el Renault Vel Satis o el futbolista “Mágico” González: la Sega Saturn.

Últimos coletazos de la Mega Drive

Antes de entrar en materia, es conveniente hablar un poco de historia. En 1993 la batalla entre Mega Drive y Super Nintendo estaba al rojo vivo, si bien Mega Drive empezaba a evidenciar ligeramente los achaques de la edad y a ver con recelo los fantasmas de las tres dimensiones, el futuro del sector.  Tanto Sega como Nintendo se pusieron manos a la obra para buscar amigos con los que saltar a la prometedora nueva generación…podríamos hablar de ambas pero hoy hemos venido a hablar de Sega. Como bien sabéis, Sega (Service Games) es una compañía nipona que originalmente sólo tenía sede en Japón, sin embargo, a medida que el éxito de Mega Drive fue creciendo en Occidente, aparecieron Sega Europa y Sega América, divisiones que gradualmente adquirieron gran peso de decisión en la compañía. 

Desarrollando la nueva consola sin ayudas

Sega Japón tenía claro que quería una nueva consola y se pusieron a trabajar en ello. Sega América empezó a buscar apoyos y a dejarse seducir por compañías interesadas en participar en tal maravilloso proyecto como una nueva máquina con la que conquistar corazones y yemas de dedos. Trip Hawkins  (Electronic Arts) o Silicon Graphics llamaron a la puerta con mucha ambición pero Sega Japón , que era la que al final cortaba el bacalao, decidió rechazar ayudas y centrarse en comérselo y guisárselo ellos, amén de arrastrar algunas rencillas con Sega América.

¡Viva la nueva reina! ¡Viva la Sega Saturn!

Y nació la Sega Saturn, marcada por las divisiones de criterio internas y por qué no decirlo, por las prisas para ser los primeros en poner la bandera en la generación venidera de forma seria.

La Sega Saturn era un producto novedoso, raro pero novedoso y exótico. Contaba con dos núcleos y un fantástico chip de sonido Motorola, lector de CD, entrada para ampliaciones de memoria y software (previo pago) de vídeo CD (formato anterior al DVD que no triunfó) y edición de fotografía. Además, permitía almacenar partidas con la propia memoria del sistema (sustentada con una pila de litio que duraba años), una construcción sólida como ella sola (a prueba de balcones) y un mando (concretamente el segundo) que rozaba la perfección en comodidad y funcionalidad (especialmente en juegos de lucha…y qué juegos de lucha tenía); se trataba de una consola increíble en juegos 2D y muy capaz en los poligonales 3D, ideales para llevar a casa las mejores recreativas de la casa. 

También tenía problemas, la estructura multinúcleo era incomprendida en aquella época por los programadores (y esta era particularmente complicada), su precio era muy elevado , hubo pocos juegos de lanzamiento y pese a empezar de forma soberbia en ventas en Japón (lanzada en noviembre de 1994), no fue así en Occidente (lanzada en 1995) debido a la mala decisión de adelantar su lanzamiento antes de lo anunciado (pretendiendo adelantarse a Playstation) en América, lo que causó que las grandes superficies se encontrasen sin stock y que los usuarios se enfadasen antes de tiempo. 

Jaque de Sony

En España y en Europa la consola tuvo un buen inicio pese a todo lo anterior, es más, hasta 1996 sostuvo una interesante pelea con la Sony Playstation. Desde 1997 hasta 1998 (fin de su ciclo de vida en occidente), se vio absolutamente relegada al segundo puesto y más tarde al tercero (con la salida de Nintendo 64), aunque en Japón se mantuvo bastante firme y con éxito hasta el año 2000. Playstation tenía más programadores, más marketing, trataba mejor al usuario, contaba con librerías muy limpias (se le podía sacar mucho más rendimiento con muchísimo menos trabajo) y por lo tanto, se aprovechó sabiamente de los puntos débiles de una Sega dividida y de una Saturn infravalorada.

Catálogo de juegos

Una pena, porque la consola valía, tenía magia y emanaba olor a trabajo artesanal, como una buena katana forjada por un armero del Período Muromachi.  Como decía en las líneas superiores, era una auténtica pasada en juegos en dos dimensiones ( Street Fighter Alpha 3, Guardian Heroes, los King of Fighters, Astal, Metal Slug, Darius , Dungeons and Dragons , Castlevania…) , por poseer joyas en 3D, como las procedentes directamente de los salones de Sega ( Sega Rally, Daytona USA, Manx TT, Virtua Fighter 2, los Virtua Cop, Fighting Vipers, Virtual On, Die Hard Arcade, Athlete Kings…)

Otras maravillas técnicas y jugables como:

  • Nights into the Dreams” (una delicia visual y emocional) ,
  • La saga “Panzer Dragoon” (hitos técnicos en su época, en especial la obra maestra “Panzer Dragoon Saga”) Ojo al precio de 2ª mano en Ebay
  • Dragon Force” (rol estratégico de primera) ,
  • Burning Rangers” (otra fantasía del Sonic Team)
  • Shining Force
  • Quake
  • Radiant Silvergun” (para muchos, el mejor “matamarcianos” de la historia)
  • Los “Sega Wolrdwide Soccer” (poco conocidos y al nivel de los ISS de entonces)
  • «Deep Fear” (el “Resident Evil» de Sega)
  • O los multiplataforma como “Tomb Raider” o “Resident Evil” (la versión de Saturn contaba con algunos extras).

 Debido a la deriva comercial de la consola, el prometido “Sonic X-treme” nunca salió a la venta (si bien ahora se está desarrollando por un grupo aficionado), aunque sí hubo un recopilatorio de los Sonic anteriores (“Sonic Jam”) con algún mundo en tres dimensiones a modo de extra o  el “Sonic R”, brillante juego de velocidad.

Una consola que mantiene valor

Tal vez, con el ansiado Sonic, con lo que iba a ser “Shenmue” en Saturn, más una Sega unida el cuento hubiese sido otro, porque al revés que en otras circunstancias…aquí sí que había de dónde sacar.  En cierto modo, desde hace años se está haciendo justicia con esta consola y está empezando a ser una joya de coleccionismo que no para de crecer, tal y como le hubiese gustado a Segata Sanshiro, el héroe nipón que ejercía de imagen de la Saturn…todo un personaje. 

Sega, capaz de lo mejor y de lo peor, como un buen futbolista brasileño de los de antaño, de los que, cuando cogía la pelota, sabías que cualquier cosa podía pasar. Unos le llaman incertidumbre, yo le llamo magia. 

 

Este articulo fue realizado por nuestro experto Basilio Freán, «El de las Autoescuelas»